El EMVA más que una institución ha sido un hogar y un apoyo para Sebas y nosotros como su familia. Se me salen las lágrimas recordando, al personal que tienen; son seres humanos increíbles, llenos de vocación, solidaridad y amor. Gracias infinitas a cada uno de ustedes que han hecho una diferencia en la calidad de vida y aprendizaje de Sebas. Cada uno con cada detalle han estado en los mejores y peores momentos con nosotros, incondicionalmente. No tenemos manera de pagarles a ustedes EMVA, todos estos años tan especiales.
Prosperidad, abundancia y bendiciones para que muchos más jóvenes sean tan bien acogidos como Sebas lo ha estado con uds, que son ángeles guardianes del tesoro más grande: La Juventud! Gracias y gracias!!!